… al menos para mi. Y no me refiero precisamente a nuestra tambaleante economía (no hablemos de cosas verdaderamente tristes por ahora). Más bien me refiero a que literalmente empiezo el año estándo pelón.
Claro, para el que me conoce ya de tiempo seguro que no es novedad y es que mi cabello parece cambiar al ritmo de las estaciones. Y debo de aceptar que no luzco precisamente divino estando rapadin (bueno, tampoco soy un encanto cuando tengo más pelo) pero ¡ahh que sencilla (y económica) es la vida con el pelito rapado! Que es hora del baño, zaz, un poquito de jabón, un poquito de shampoo y suficiente para dar a basto con el escaso pelo. Que se te hizo tarde, zaz, preocupate de todo menos de tu pelo vaya despeinado. Y ni que decir cuando hace calor, mmm el pelo rapado es comodísimo.
Normalmente conforme se incrementa el frío voy dejandome el cabello más largo y se supone que en invierno pues no me lo corto. Pero este año, el invierno trae fecha de retraso, quizá en honor a la irrefutable ley de Murphy o cómo si mi cabellara perdida invocara ahora a «los dioses del frío», no me extrañaría que a partir de mañana se suelte un frío de los mil pingüinos. A mi ya me urgía cortalo porque diciembre tuvo mucho sol y ya estaba fastidiado. Ya tendré que aguantarme si los siguientes meses resultan fríos.
A mi madre no la tendré muy contenta, ya la escucho diciendo «si ya tu pelo lo tenías bien». A por cierto, como nota cultural, cuando estas rapadas suceden por lo general son «auto-rapadas», ya me podrán imaginar empuñando la trasquiladora sobre mi cabeza, técnica que he ido dominado luego de años y años y años (ja ja, noooo, que va, si nomás le paso meneo pa todos lados). Claro, en el trabajo y con los cuates no faltarán los clásicos comentarios de «¿A quién le apostaste?», «Te agarró la migra», «Te masticó un chivo el cabello» y etc. Y tampoco faltarán aguantar unos dos o tres días en que me anden sobando la cabeza (si, a mi también en encanta como se siente el pelito recién rapado), eso si con las chicas no me enojo, al contrario, háganme piojito si quieren.
Total, empiezo el 2008 con nuevo look, excelente para retomar mis actividades deportivas y simplificarme mis tareas, tengo varios pendientes que prometí retomar en 2008 y habrá que ir viendo cómo organizarme para sacar tiempo para todo. Por mientras el cabello ha dejado de ser una preocupación.
El antes y el después